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Altagracia Kubinyi
Hoy Noticias/Falls Church, Virginia.Hoy, al tomar el servicio de Uber, tuve la oportunidad de coincidir con una mujer de una historia que inspira. Abrí la puerta del carro y por su nombre me di cuenta que era hispana, como se imaginan comenzamos a hablar.
Me dijo que llegó a Estados Unidos a los 17 años, hoy ya es una dama de 45 años de edad. La modalidad de su llegada era la usual de aquellos tiempos; una persona la declaró con el consentimiento de sus padres y la trajo a esta nación.
Recuerda los duros días que vivió junto a la familia que prometió cuidarla y, por el contrario, la trataba como alguien que no pertenecía a ese hogar.
Cuando la familia iba a salir con sus hijos e hijas, dejaban a la extraordinaria conductora de Uber fuera de la casa, siendo apenas una adolescente que no conocía nada del lugar donde estaba.
Me comentó que se iba a un negocio cercano y bajo el intenso frío de invierno esperaba el regreso de sus nuevos “padres”, espera que en muchas ocasiones sumaban horas.
Mientras ella hablaba, yo dibuja aquel escenario en mi mente, sabiendo que hay muchas personas en el mundo que pasan por esta difícil realidad.
Al seguir la conversación, me confesó que lo único que la mantenía fuerte era la idea de ayudar a su familia. Siempre pensaba en traer a sus hermanos de su país natal, Perú, hacia los Estados Unidos.
Para ella, todo sufrimiento iba a ser recompensado cuando pudiera lograr esa meta. La dama de piel clara siguió explicando que luego de vivir intensas experiencias de maltrato, decidió emprender vuelo. Comenzó a trabajar. Su primer paso lo dio en un puesto de comida, luego tuvo dos empleos, los cuales le permitían dormir solo tres horas.
Estas ocupaciones le dieron la oportunidad de traer a su familia completa a Estados Unidos y de pagarles los estudios a sus hermanos, quienes concluyeron carreras universitarias en su país natal. Además, les hizo estudiar inglés. Cuando sus parientes llegaron, tuvieron la oportunidad de un trabajo de oficina.
La dama cuenta que hace Uber porque quiere.
Según informa en la conversación, tiene una propiedad que le permite pagar sus gatos.
“Me siento feliz, solo de digo a mis hermanos que mami es nuestra princesa y que para ella todo”, comentó mientras charlamos.
“Pude darle soporte a mi familia y hacer todo lo que me propuse. Siento que Dios me bendijo con esta responsabilidad. Saber que lo pude hacer, es algo que me da mucha alegría”, concluyó la conductora de Uber.
Esta bonita historia nos motiva a seguir adelante y tener una meta en cada paso que demos. Nunca es tarde para hacer realidad los sueños.
Aunque el camino sea duro, el resultado no tardará en ser logrado. Ten pendiente que no existe un lugar del mundo donde la vida sea fácil, muchos menos para aquellas personas que han tenido que vivir cara a cara con las políticas de inequidad que prevalece en sus pueblos.
Rompe barreras y haz realidad cada meta que te propongas.