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En Castañuelas, municipio de la provincia de Montecristi, a finales de los años 80 y principios de los 90, un grupo de jóvenes marcó toda una historia con su estilo y presencia. Aunque no vestían los característicos *”zoot suits”* de los auténticos pachucos, su preocupación por la elegancia y la pulcritud en el vestir los hizo destacar. Se autodenominaron * *Los Pachucos*”, un nombre que trascendió en el tiempo y que aún resuena en la memoria de quienes los conocieron.
Dentro de este grupo sobresalieron Omar Quisle y Chando Parache, ambos sastres de profesión. A pesar de no provenir de familias pudientes, su talento con la aguja y el hilo les permitió no solo vestir con distinción, sino también influir en su entorno, imponiendo un estilo propio que se convirtió en referencia para la juventud de la época.
Junto a ellos, nombres como Arvis, Guillermo, Joaquin (quien hasta el día de hoy mantiene su impecable sentido del vestir), Parache, Rudy Calvo, Jhovanny “El Suave”, Teoni Rodríguez ” El Suki” entre otros, conformaban este grupo icónico. Para ellos, ser “Pachuco” no solo significaba vestirse bien, sino proyectar seguridad, elegancia y personalidad en cada paso.
El término “pachuco”, que en su origen representó una subcultura de jóvenes mexicanos y mexicoamericanos de los años 40, adquirió en Castañuelas una identidad propia. Los “Pachuco” no solo fueron un grupo de jóvenes bien vestidos, sino una generación que dejó una marca en la historia del municipio, demostrando que el estilo es más que una apariencia: es una actitud ante la vida.