Hoy Noyicias/RD/Santo Domingo-La República Dominicana logró en los últimos años una de las más rápidas tasas de crecimiento en América Latina y el Caribe, pero esto no se reflejó entre la mayoría de sus 10 millones de habitantes, donde solo el dos por ciento salió de la pobreza, según un informe ofrecido hoy por el Banco Mundial.
El estudio: «Cuando la prosperidad no es compartida», establece que cuatro millones de dominicanos continúan sumidos en la pobreza, mientras la clase media no ha crecido de manera significativa en una década.
Los datos del Banco Mundial, ofrecidos en el Palacio Presidencial, afirma que aunque el país caribeño creció más de cinco por ciento anual en el período 2000-2011, muchos de los dominicanos no pudieron aprovechar los beneficios del desarrollo económico.
«Con la crisis financiera (2008-2009), la población dominicana que vivía con cerca de cuatro dólares al día aumentó al 50 por ciento. Aunque la pobreza se ha reducido en un 10 por ciento desde el año 2005, la capacidad de las familias pobres dominicanas de mejorar su situación económica y social a través del tiempo sigue siendo limitada en comparación con el resto de la región», sentencia el informe.
Las condiciones económicas y sociales de los dominicanos presentados en el estudio del Banco Mundial, también afirman que el número de pobres se ha duplicado en las ciudades, aumentando de 1,2 a 2,4 millones desde 2000.
Esta «urbanización» de la pobreza no se debe a la migración de la pobreza rural hacia las grandes ciudades, sino más bien a las limitadas oportunidades económicas y el lento crecimiento de los empleos en las zonas urbanas, continúa el organismo crediticio internacional.
En ese orden, agrega que el acceso a la salud, educación y vivienda ha mejorado significativamente en la última década en República Dominicana, donde solo el 19 por ciento de la población carece de estos servicios básicos, pero la calidad de los servicios no es lo suficientemente fuerte para proporcionar igualdad de oportunidades para todos los ciudadanos.
El Banco Mundial sentencia, que a pesar de algunos avances en el acceso a la educación, la cobertura y la calidad siguen siendo limitadas.
«Si bien ha habido aumento sustancial de la matrícula escolar, el ausentismo docente, la doble jornada y el alto número de alumnos por profesor están afectando la educación de los niños y de los estudiantes pobres en particular», asegura el análisis.
Asimismo, que más del 40 por ciento de los estudiantes de tercer grado carecen de habilidades básicas en matemáticas y que los estudiantes dominicanos muestran uno de los rendimientos académicos más bajos de la región.
Advirtió el informe, que no obstante el crecimiento de sectores como el turismo, la industria manufacturera, las telecomunicaciones y los servicios financieros, los empleos creados han sido, en su mayoría, poco cualificados.
«Los salarios reales se redujeron en un 27 por ciento en los últimos diez años, aun cuando la productividad del trabajo aumentó. Mejoras en políticas que promueven la competencia y el clima de inversión podría generar más y mejores empleos», sugirió el Banco Mundial.
El Banco Mundial consideró que para revertir estas estadísticas, el país debe entre otros puntos, mejorar el clima de inversión para impulsar el espíritu empresarial y la creación de empleo, al tiempo de fortalecer el acceso de los pobres a mercados laborales.
Plantea, además, la promoción de una política fiscal equitativa, eficiente y sostenible, ya que el actual sistema tributario se ve obstaculizado por la baja recaudación de ingresos y depende en gran medida de los impuestos indirectos.
«Un sistema tributario más progresivo permitiría una mayor redistribución, así como mayores inversiones en servicios públicos esenciales como agua y saneamiento, educación de calidad y salud para los más vulnerables», observó.
Entre sus recomendaciones, el Banco Mundial también expone mejorar la prestación del servicio público para llegar a los pobres, porque a pesar de las mejoras «significativas» en la prestación de servicios, el acceso a los servicios públicos básicos sigue siendo desigual y de baja calidad, en particular para los pobres.
«Una mejor programación de la focalización, monitoreo y evaluación, junto con incentivos tales como presupuesto basado en desempeño, podrían ayudar a mejorar la prestación de servicios», concluye el informe.
Guillermo Ant.