Escrito por Juan Carlos Genao Peralta para Hoy Noticias.
Margarita Cedeño Lizardo, ex vicepresidenta de la República Dominicana, emergió como una figura de liderazgo bajo la sombra del expresidente Leonel Fernández. Sin embargo, no supo aprovechar esta posición. En lugar de hacer la transición junto a Leonel, cometió el error de enfrentarlo, una acción que el pueblo percibió como traición. Este acto le retiró el apoyo de muchos hombres y mujeres que la consideraban una buena compañera y portadora de valores. La traición se volvió imperdonable y le cobró un alto costo político.
Otro que ha intentado despegarse de la figura de Leonel Fernández es el ex candidato a la presidencia de la República Dominicana, Abel Martínez. A pesar de sus esfuerzos, su marca sigue indeleblemente ligada a la de Leonel Fernández. Tanto Margarita como Abel no han tenido éxito fuera del liderazgo del expresidente.
En contraste, Omar Fernández, hijo biológico de Leonel, ha logrado mantenerse al lado de su padre, pero con una impronta propia. Ha demostrado liderazgo cercano a la gente, con criterios bien planteados, ideas claras y proyectos bien definidos. Incluso su señal de identificación es diferente a la de su padre: la «L» de Leonel frente a la «O» de Omar.
¿Pueden Margarita y Abel emprender su propio liderazgo y borrar esa marca? Creemos que sí, pero deben regresar a sus orígenes y, junto con Omar y otros líderes, asumir el relevo del leonelismo. A pesar de sus intentos de renegar de esta herencia, el legado de Leonel Fernández está impregnado en ellos. No se puede ir contra la corriente; el pueblo los ubicará en el lugar correcto. De lo contrario, si siguen en contra del pueblo, continuarán cosechando los mismos resultados adversos.