HOY NOTICIAS/LOS ÁNGELES — Imposible haber escrito un mejor regreso para Dwight Howard en Los Ángeles. El centro de los Houston Rockets absorbió los abucheos, le siguió el juego al público y se divirtió como quizás nunca lo pudo hacer en el sur de California.
Sus Rockets anotaron 134 puntos, humillaron a Los Angeles Lakers y les asestaron su octava derrota consecutiva, pero todo eso quedó en un segundo plano. Howard, con una sonrisa de oreja a oreja, fue feliz a costa de la desgracia de su ex equipo.
«Siempre nos vamos a divertir jugando baloncesto», aseguró. «Amamos lo que hacemos, estamos jugando muy bien y nos estamos divirtiendo mucho. Nos tomamos el juego en serio pero al mismo tiempo tratamos de divertirnos mientras jugamos».
Su entrenador, Kevin McHale, también hizo hincapié en la energía presente.
«Creo que estaba emocionado de salir aquí a jugar», dijo. «Tuvo una falta técnica al principio pero ha estado jugando realmente bien por un buen tiempo. Así ha estado jugando. Ha sido dominante, anotando y bloqueando».
El pivot habló de la atmósfera a lo largo del partido y cómo lograron canalizarla a su favor.
«Creo que hizo que todos se emocionaran», dijo. «Mis compañeros, lo primero que dijeron era que querían ganar este juego por mí. Por eso quise salir a marcar la pauta».
DH12 se encargó de dejar en claro las diferencias entre su actual equipo y el anterior, virtualmente en todos los aspectos.
Además dio a entender que es posible divertirse y ganar al mismo tiempo.
«Para jugar este deporte tienes que estar libre», apuntó. «El baloncesto siempre ha sido mi santuario y trato de divertirme todo lo que puedo, entretener a la gente y distraerme por un par de horas. Soy un apasionado de lo que hago porque este es el mejor trabajo que se puede tener. Es mi sueño».
Los 20 puntos y 13 rebotes fueron las estadísticas que arrojó la ficha, pero su dominio fue aún mayor ante la mirada atenta, y desafiante del STAPLES Center.
Chris Kaman fue su mayor víctima, pero los que más lo sufrieron fueron aquellos que se convocaron al recinto de la intersección de las calles Olympic y Figueroa. Los abucheos bajaron desde que salió a la cancha a hacer el calentamiento, y se repitieron cuando su nombre fue anunciado en la alineación.
Desde ahí, cada vez que tocó el balón en el primer tiempo recibió un coro de gritos e insultos, pero nada lo detuvo.
Quizás lo más importante de su actuación es que solo necesitó 28 minutos. El último cuarto estuvo de más, y ningún miembro del quinteto inicial tuvo que saltar al parquet.
Howard resaltó su capacidad de mantenerse enfocado, aún ante las distracciones. «Lo importante es estar enfocado porque mis compañeros necesitan que esté así», dijo. «Tiene un gran efecto en ellos y no importa lo que pase tengo que estar nivelado».
En cuanto a los Lakers, el centro se refirió lo menos posible a ellos. Apuntó que renacerán, ‘como hacen siempre’, y que lamenta no haberles podido darles más a causa de problemas de salud.
La diferencia, según él, es que ahora se encuentra a tope y que confían más en su liderazgo. «Pienso que estoy mucho más saludable que el año pasado», resumió. «En ocasiones quería volcar y sentía que no tenía las piernas. El entrenador espera mucho de mí, me empuja para que sea un líder de este equipo y sé que puedo ayudar a este equipo. Es todo lo que quiero».
Mientras tanto, sus compañeros lo aceptan tal y como es. «Siempre está de buen humor», confesó Chandler Parsons. «Es muy positivo. Obviamente soy muy cercano a él. Se nota que se está divirtiendo y que está disfrutando nuevamente».
Quizás eso no sea lo que quieren escuchar los fanáticos de los Lakers, pero según su entrenador esa ha sido la realidad. «Dwight se ha divertido jugando al baloncesto todo el año», señaló. «Disfruta jugar y eso es gran parte. Si disfrutas lo que haces, lo haces mejor».
Guillermo Ant.