Hoy Noticias, R.D El excandidato presidencial del PLD en el 2020, Gonzalo Castillo, ha comunicado oficialmente que no tiene interés en participar en la discusión sobre la candidatura presidencial de su partido para el periodo 2024-2028. En su mensaje, reafirma su apoyo al PLD y destaca que la organización cuenta con suficiente capital humano para jugar un papel relevante en las próximas elecciones. A simple vista, su postura parece ser un gesto de desprendimiento político, una renuncia consciente a la posibilidad de volver a postularse.
Sin embargo, al analizarlo más a fondo, surgen dudas sobre la verdadera naturaleza de su decisión. En la práctica, Gonzalo Castillo ha mantenido un bajo perfil político desde su derrota electoral, distanciándose de la actividad partidaria en el nivel que lo hacía antes. Su figura, que en su momento generó expectativas dentro del PLD, terminó siendo objeto de cuestionamientos sobre su capacidad para asumir la presidencia, al punto de convertirse en blanco de burlas en el debate público.
Además, su situación se complica aún más por el proceso judicial que enfrenta, en el cual es señalado por el manejo irregular recibir fondos durante su campaña electoral. Este factor no puede ser ignorado al evaluar su retiro parcial de la política.
Entonces, la gran interrogante es: ¿estamos ante un verdadero acto de desprendimiento o frente a la frustración de un político que, al no haber logrado consolidarse como líder, prefiere mantenerse en un segundo plano sin cerrar completamente la puerta? Si su decisión fuese definitiva, ¿por qué no anunciar su retiro total? ¿Qué lo mantiene aún vinculado a la política, aunque sea de manera tibia?
Las respuestas, como siempre, las dará el juez que nunca se equivoca: *el tiempo.*