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Altagracia Kubinyi
Hoy Noticias/Falls Church, Virginia– Con los años he aprendido a perdonar, inclusive aquello que pensé jamás perdonaría. Heridas de dolor y angustia causadas por la ignorancia y el atropello de quienes en mi niñez representaban el Estado.
Y, curiosamente, he confirmado que el hecho de ver perecer a mi hermana en un hospital lleno de tanta dejadez me hizo más fuerte y me convirtió en el ser humano que hoy dicen muchos que soy; alguien a quien le toca el dolor de los demás y le irrita el atropello hacia las personas de “a pie”.
¿Pero saben qué? Hasta eso lo he aprendido a perdonar, el tiempo ha sido mi maestro. He perdonado y sigo convencida de que se necesitan más voces que hablen.
Si bien es cierto que los que atropellan necesitan ayuda, también quienes reciben cualquier tipo de maltrato deben de aprender a ser fuertes.
Recientemente en una conversación que sostuve con una entrañable amiga confirmé otra de mis más grandes afirmaciones, la mejor forma es enseñarles a los que maltratan que existe otro camino.
El tiempo me ha mostrado que sin importar en qué posición me coloque la vida, el trato a los demás no tiene porqué cambiar, al contrario, mi relación con mis semejantes debe de ser más compasiva y mi comunicación más asertiva.
¡Te invito a poner en práctica las lecciones que con el tiempo has aprendido!