Peña Mirabal dijo que los actos cometidos no reflejan en lo absoluto “lo que se enseña a nuestros estudiantes en los centros educativos; principios, disciplina y otros valores que deben exhibir como entes en proceso de formación humana e integral; por eso invitamos a descontinuar acciones tan cuestionadas como esas que no representan a los estudiantes en su gran mayoría, a los docentes, y al sistema educativo donde todos los actores trabajamos por una ciudadanía ejemplar”, explicó.
Igualmente, el ministro de Educación se refirió a las acciones de violencia protagonizada por estudiantes en el interior de una de las aulas de un centro educativo en Ciudad Juan Bosch, donde, en medio de “una inaceptable y reprochable forma de festividad”, rompieron decenas de pupitres, un escritorio y cuanto encontraron a su paso.
“Debemos aplicar las sanciones correspondientes a esos estudiantes que participaron en esas acciones de violencia que distan mucho de las enseñanzas de valores”, dijo.
Agregó que hace pública su condena y les hace un llamado a directores de centros y sus profesores a fortalecer la supervisión del comportamiento de los estudiantes.
El funcionario informó que ha designado una comisión integrada por la viceministra Denia Burgos, de Asuntos Técnicos y Pedagógicos; Minerva Pérez, directora de Orientación y Psicología, y José Remigio García, director de Currículo, para que investigue los hechos con profundidad y se dispongan las sanciones que ordena la normativa frente a los estudiantes involucrados en los referidos desórdenes ocurridos en Santiago y en la Ciudad Bosch.
En Santiago
La Policía apresó a un adolescente de 13 años, al que se le ocupó una pistola calibre nueve milímetros con un cargador para la misma y cinco proyectiles.
El decomiso se hizo durante una requisa realizada en la escuela Francisco Prudencio Parra, de la localidad de Jacagua, al norte de Santiago.
Cae un alumno.
Investigan las circunstancias en que un niño de cinco años cayó de un segundo nivel de la escuela María Altagracia Paula, en San Francisco de Macorís, aunque se dice que fue otro alumno de ocho que lo empujó.
Propietario.
El estudiante de Santiago dijo a los oficiales que el arma que portaba es propiedad de su padre, quien es seguridad de una empresa .