Hoy Noticias,R.D-Después de un prolongado silencio, el expresidente Danilo Medina reapareció en los medios con una entrevista en El Sol de la Mañana, donde lanzó afirmaciones contundentes, algunas verdades a medias y, como era de esperarse, un par de omisiones convenientes.
Con un tono desafiante, Medina aseguró que no se arrepiente de nada de su gobierno y que, si tuviera la oportunidad, lo haría exactamente igual. Pero, la verdad que no puede sostener esto cuando gran parte de su entorno está enfrentando la justicia por corrupción.
LOS CASOS QUE LO DESMIENTEN Y LO HACEN PASAR POR SOBERBIO
Medina presume de una gestión impecable, pero la justicia cuenta otra historia. Durante sus dos mandatos, la corrupción se convirtió en un cáncer institucionalizado. Aquí algunos de los casos más emblemáticos que parecen habérsele olvidado:
Odebrecht: Su gobierno adjudicó obras a la empresa brasileña implicada en la mayor red de sobornos de América Latina.
Operación Antipulpo: Su hermano Alexis Medina lideró un esquema de corrupción vendiendo insumos al Estado a precios inflados.
Operaciones Coral y Coral 5G: Altos mandos militares y policiales vinculados al desfalco de fondos públicos.
Caso Medusa: Implicaciones directas de la Procuraduría General de su gobierno en desfalcos millonarios.
Punta Catalina: La planta eléctrica que prometía ser la solución energética terminó envuelta en denuncias de sobrecostos y sobornos.
A pesar de todo esto, Medina se mantiene en su postura de que no hay nada de qué arrepentirse
EL PLD EN UNA CRISIS IRREVERSIBLE
El expresidente Danilo Medina, también habló hoy sobre el presente del Partido de la Liberación Dominicana (PLD), reconociendo que los resultados electorales del año 2024, fueron un golpe duro, pero aseguró que el partido resurgirá, tal como ocurrió en 1994.
Aquí es donde su comparación pierde sentido. En 1994, el PLD no había gobernado nunca y su imagen estaba intacta. De hecho, su líder histórico, Juan Bosch, aseguraba que el país se dividía entre ladrones y peledeístas.
Hoy, la historia es diferente. Tras 20 años de gobierno y una estela de corrupción, la percepción ha cambiado drásticamente. Ahora, el país parece dividirse entre ladrones peledeístas y el resto de la sociedad. El reto del PLD no es solo volver a ganar elecciones, sino reconstruir una credibilidad que parece esfumarse con cada nuevo expediente judicial.
Medina también tuvo tiempo para defender a sus hermanos, particularmente a Alexis Medina, quien enfrenta un juicio de fondo por corrupción. Según el expresidente, sus familiares son perseguidos solo por llevar su apellido y adelantó que cualquier condena será interpretada como una represalia política.
Pero su intervención dejó otra perla: aunque aseguró haber apoyado a Abel Martínez como candidato del PLD, luego insinuó que si Gonzalo Castillo hubiese sido el candidato, los resultados habrían sido diferentes. Una declaración que, lejos de reforzar su liderazgo, deja la sensación de que su respaldo a Abel nunca fue absoluto.
Como era de esperarse, Medina criticó la gestión de Luis Abinader, especialmente en temas de gasto público y crisis energética. Sin embargo, sus críticas caen en terreno resbaladizo, ya que su gobierno dejó una deuda creciente y un sistema eléctrico con más problemas que soluciones, incluyendo Punta Catalina, que hoy sigue envuelta en escándalos de corrupción.
Danilo Medina vuelve al escenario mediático sin asumir responsabilidades, sin reconocer los errores de su gestión y apostando por el mismo discurso de persecución política.
Pero la realidad es otra: su legado está marcado por escándalos de corrupción, el PLD enfrenta una crisis de credibilidad sin precedentes y su intento de volver al protagonismo choca con los expedientes judiciales que siguen acumulándose.