Por Juan Carlos Genao/ para Hoy Noticias.
Santiago,R.D
La alcaldía de Santiago utiliza el eslogan “Santiago se transforma”, pero si tomamos en cuenta que todo eslogan debe guardar coherencia con la realidad y las ejecutorias de una gestión, es evidente que estamos ante un error de forma y de fondo.
Abel Martínez, en su momento, logró una verdadera transformación: recuperó los espacios públicos, organizó a los vendedores ambulantes, reestructuró los mercados, recogió la basura eficientemente y rehabilitó el vertedero al punto que dejó de ser un tema de preocupación para la prensa local y nacional. Eso fue transformación. La gente lo vio, lo vivió y lo reconoció.
Decir hoy que “Santiago se transforma”, sin mostrar una sola obra de impacto o una acción administrativa destacada, ha sido una de las razones de la desconexión del pueblo con la actual alcaldía. ¿En qué se está transformando Santiago? ¿Qué ha cambiado? ¿Qué se ha mejorado?
Podría ser que el alcalde Ulises Rodríguez se quiera adelantar al impacto que tendrán las obras del gobierno central, como el monorriel y el teleférico, pero si ese es el caso, el error sería todavía mayor. Porque esa transformación —la real— no es suya, no le pertenece a la alcaldía, ni ha sido gestionada por su equipo.
Urge que el alcalde empiece a explicarle al pueblo en qué consiste esa supuesta transformación. Si es administrativa, que lo diga con claridad. Que muestre resultados, cifras, comparativas. Porque lo cierto es que Ulises, como alcalde, no ha dado pie con bola. Y en vez de consolidar los logros anteriores, ha dejado caer muchas conquistas que Santiago ya tenía ganadas.
Transformar no es una palabra vacía. Es acción, es obra, es gestión. La ciudad no se transforma con palabras; se transforma con hechos. Y hasta ahora, los hechos no acompañan ese eslogan.