Juan Carlos Genao Peralta/Hoy Noticias.
La Constitución de la República Dominicana, reformada en el año 2010, ha sido la más completa de todas, no solo por haber incluido la mayor cantidad de artículos, sino también por la amplia gama de derechos que fueron garantizados. Podríamos decir que fue una conquista del pueblo dominicano, pero debemos ser justos y reconocer que fue gracias al Dr. Leonel Fernández, quien tuvo la visión clara de hacia dónde debía dirigirse el país en materia jurídica y de garantías fundamentales.
Sin embargo, la ministra de Interior y Policía ha confundido lo que significa llamar a la sociedad al orden a través de los organismos de control, como es el caso de la Policía Nacional con el menoscabo de los derechos otorgados al pueblo dominicano. Los abusos no se llevan bien con la democracia; de hecho, ambos no pueden convivir.
La capacidad gerencial de la ministra me lleva a pensar que no ha sido lo suficientemente sólida como para llevar adelante una política que permita contener a los ciudadanos que se desbordan, sin vulnerar derechos ni caer en excesos.
Parece que la ministra ha olvidado el tipo de policía que tenemos. Cambiar el nombre de “jefe” a “director” o pasar el uniforme de gris a verde no constituye una reforma. Lo que debe cambiar es la mentalidad policial, y eso tomará tiempo. Con la generación actual de policías no se avanzará lo suficiente; habrá que esperar que los nuevos reclutas, que hoy ingresan, sean formados bajo nuevos parámetros. Cuando esa generación llegue a ocupar los rangos de generales, coroneles, tenientes y cabos, entonces tendremos una policía con verdadera capacidad para manejar situaciones de forma adecuada, como cuando un ciudadano ejerce su derecho, pero al mismo tiempo vulnera el de los demás como ocurre, por ejemplo, al poner música alta sobre los decibeles permitido.