El Ministerio de Interior y Policía inició en esta Ciudad Corazón el programa “De Vuelta al Barrio”, con la participación de figuras destacadas del país y sus testimonios, con miras a fomentar los valores y alejar a los jóvenes de los vicios y la delincuencia.
Las palabras de estas personalidades fueron el centro del evento, en el que contando sus vivencias, todos coincidiendo en que la educación, el esfuerzo y la disciplina fueron la clave para estar donde hoy se encuentran, aún proviniendo de barrios vulnerables.
“La juventud hoy en día está tomando caminos medios descarriados, y la excusa que están usando es que vienen del barrio, pero yo les voy a demostrar que el barrio no es el problema” dice el exaltado al Salón de la Fama exjugador grandes ligas de béisbol, David Ortiz, conocido como el “Big Papi”, para iniciar su intervención.
“Yo viví en todos los barrios de la capital, yo vi delincuencia, drogas, asesinato, gente haciendo lo mal hecho, pero tuve unos padres muy responsables que me dieron la oportunidad, insistieron en mis estudios, me alejaban de los vicios, y los malos coros”, continuó, exhortando a los jóvenes presentes a “tener cuenta con quienes se corean, ahí es que está el peligro”.
Big Papi le contó a los muchachos, que por haber sido firmado, no continuó sus estudios de secundaria, estuvo a un año de graduarse, y que actualmente, mira a los “influencers” en las redes exhortando a no estudiar porque han conseguido dinero sin educarse.
“No se lleven de eso, estudien, porque ya yo no juego pelota, y vivo de mi educación, de mi formación, de lo que mis padres querían que yo fuera”, expresó la estrella del béisbol, culminando su discurso motivando a los jóvenes a que “nunca permitan alejarse de sus estudios, estudien, que en algún momento si estudian y se preparan, su oportunidad llegará”.
Mientras que la leyenda del béisbol dominicano, Tony Peña, dijo que en Palo Verde, una sección de Montecristi de donde es nativo, dio sus primeros pasos en el deporte.
Relató qué su vida fue muy difícil porque su padre, era un jornalero, y su madre profesora y tenían limitaciones económicas hasta el extremo de que “a los 16 años Tony Peña andaba descalzo y semidesnudo. A los 17 años y medio me firmaron y me dieron 4 mil dólares”.
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