Estados Unidos fustigó ayer la última prueba fallida de un misil de Corea del Norte e insistió en que trabaja con China para “resolver pacíficamente” una conducta del Pyongyang que se acerca a niveles críticos.
El lanzamiento se realizó horas antes de que el vicepresidente de Estados Unidos, Mike Pence, llegara a Seúl, donde reiteró la determinación de su país a defender la alianza con Corea del Sur.
“Existe un consenso internacional, incluyendo a los chinos y los dirigentes chinos, sobre que la situación no puede continuar”, declaró el Consejero de Seguridad Nacional estadounidense, el general H.R. McMaster, durante una entrevista después de que Pyongyang intentara aparentemente sin éxito lanzar un nuevo misil.
El consenso es “que este problema está alcanzando un punto crítico. Así que llegó el momento de que emprendamos todas la acciones posibles, antes de una opción militar, para tratar de resolver esto pacíficamente”, afirmó McMaster a la cadena estadounidense ABC.