Amor a la velocidad
Onelio Domínguez
Hoy Noticias/Santiago,R.D–La combinación de adrenalina, conjugada con la revolución mecánica y a la vez sentir la pasión en una pista de carrera sin ningún tipo de riesgo ni accidentes, hacen que aficionados de la velocidad se amparen en autos a control remotos.
La sensación de los dueños de estos aparatos mecánicos no solo consiste en correrlos, sino en prepararlos, hacerle los sesteos y ajuste necesario, llegar a la pista y probarlos, cuando estén en la línea a de partida con la esperanza de poder llevarse el triunfo.
Quienes gustando de este pasatiempo están agrupado a clubes que en el país solo existen dos, en Santiago funciona La Asociación de carro de Santiago (ASICAR) y en Santo Domingo La Asociación Dominicano de Carros de (ADOCAR), donde compiten entre ellos.
Antonio Tavares, piloto profesional de automovilismo y seguidor fiel de los carros a control, en tiende que la única diferencia entre correr un carro normal y uno remoto es solo el esfuerzo físico, por de más en cuanto a adrenalina y la sensación por la velocidad es siempre lo mismo., sostuvo el artista del volante y el control.
La categoría de carro que son utilizados por los aficionados de la velocidad y que gustan de este pasatiempo lo mas abundante es el carro 1/8GT, su costo en el mercado oscilan entre 500 dólares en adelante,
El combustible utilizado para la competencia de estos carros a control remoto es únicamente nitro metano especial, no existe su distribución en el país para su abastecimiento los dueños de estos carros tienen que expórtalos.
Este grupo de corredores se inició en un pequeño terreno que se le asigno en el complejo de la barranquita de esta ciudad de Santiago, años mas tarde se trasladan a las instalaciones del antiguo aeropuerto Cibao, allí de una manera formal y con mejores condiciones, lo que permite que se estén celebrando competencia cada mes.
Ignacio Gómez, desde hace 8 del La adrenalina que se vive en este tipo de competencia es de lo mejor, sin arriesgar nada más que los modelos de los carros a control. Los nervios se ponen de punta y los dedos se traban cuando se maniobra el control remoto, reconoce otro de los corredores. Esto es emoción pura, señala.