Hoy Noticias/Moca,R.D--La delincuencia tiene a los resientes este municipio en un toque de queda y los obliga a trancarse a tempranas horas de la noche, para evitar ser víctima de un atraco y caer a manos de los asaltantes.
Desde motoconchistas, comerciantes hasta jóvenes abatidos por grupos de bandas rivales que operan en las barriadas.
De las 29 personas que resultaron muertas de forma violenta durante el pasado mes de abril en el Cibao Central, ocho ocurrieron en la provincia Espaillat.
En lo que va de mayo suman ya tres los ultimados, la mayoría entre bandas rivales.
“Desde que dan las siete de la noche, todos tenemos que trancamos a hacha y machete y eso que los que residimos aquí estamos ubicados en el entorno de la iglesia Sagrado Corazón de Jesús”, refiere Julia Tavárez.
Asegura que parte de esa intranquilidad a la que es sometida la población mocana, parte de esa culpa la tienen las gangas denominadas Los Ñetas y la 42.
El sector de los taxistas, uno delos más afectados, aseguran que a falta de vigilancia policial, los convierte en vulnerables ante los delincuentes.
José Arismendi Bencosme, de Taxi la Opción, denuncia que personas que se hacen pasar como mecánicos, han atracado al menos cinco de sus compañeros, que luego de ser despojados de sus vehículos y el dinero que hacen de las carreras los dejan abandonados en lugares inhóspitos. La mayor queja es la falta de equipos y agentes para hacerles frente a los maleantes.
Y es que Moca apenas cuenta con tres unidades vehiculares, dos están deterioradas y otra que es utilizada por el coronel a cargo de la plaza.
“Lo más grave de esto, es que los asaltantes salen encapuchados hasta en horas del día y penetran en los negocios cargando con todo”, apunta el comerciante Ángel María Morel.
Motoconcho asesinados
Los motoconchistas se han convertido en presa fácil y ya son varios los asesinados a tiros para despojarlos de sus motocicletas. El caso más reciente se trata de José Alberto checo (Copito), residente en la comunidad La Isleta. El otro caso es el de Carlos José Núñez Ramírez de 18 años, residente en el distrito municipal de Ortega. Su muerta a manos de dos hombres de nacionalidad haitiana, desató la ira de la comunidad que quemó los ajuares e hizo salir huyendo a decenas de familias de la vecina nación.