Señor Radhamés Camacho Cuevas:
Mildania Rellman, política autónoma dominicoalemana.
Hoy Noticias.
Berlín, República Federal de Alemania. A propósito de su desatinada declaración a la prensa dominicana, donde realiza una comparación entre la Junta Central Electoral y, la forma en que administran el dinero las mujeres, cito: “La Junta Central Electoral es sinónimo de las mujeres en su calidad de amas de casa que por más que usted le dé nunca alcanza el dinero”, debió detenerse a meditar por un segundo lo que somos y hacemos las amas de casas para día a día gestionar un hogar, además de estar inmersas en el sistema laboral formal o informal apoyando la economía familiar, criar los hijos, ser esposa y todas las actividades que envuelven ser una mujer de estos tiempos.
Su afirmación, es un ataque verbal y, por tanto dañino. Históricamente las mujeres hemos sido agredidas y mucho se ha trabajado en erradicar todo tipo de maltrato al género. Siendo usted psicólogo de profesión suponemos que conoce el carácter misógino de su expresión; docente que debería educar con su ejemplo al hablar y, quien además se desempeñara como Presidente la Asociación Dominicana de Profesores (ADP), no es de quien esperamos que ridiculice a la mujer, realizando una declaración que motiva a la reincidencia de conductas sociales consideradas lesivas al género.
La Ley No. 24-97 sobre Violencia Intrafamiliar y contra la Mujer, declara en su Artículo 3: Toda mujer tiene derecho a una vida libre de violencia, tanto en el ámbito público como en el privado. Siguiendo esta línea, leemos el Art. 309-1.- Constituye violencia contra la mujer toda acción o conducta, pública o privada, en razón de su género, que causa daño o sufrimiento físico, sexual o sicológico a la mujer, mediante el empleo de fuerza física o violencia sicológica, verbal, intimidación o persecución.
Señor Camacho Cuevas, usted trabaja para el Estado que está en el deber de realizar actividades que creen y apoyen políticas de defensoría a los derechos de toda mujer; mas sin embargo, con su declaración no solo fomenta la cultura machista violenta que tantas vidas nos cobra a diario, también ha violado la Ley No. 24-97 que nos protege, puesto que públicamente ejerció violencia con una acción verbal.
Hago de su conocimiento que haré llegar esta carta, anexa a la referida publicación, a todos los organismos internacionales que trabajan en la defensoría de los derechos de la mujer; esperando además, que sepa de alguna manera disculparse con mis congéneres en nuestra tierra, lo mínimo que corresponde de quien preside la Cámara de Diputados de la República Dominicana.
Sin nada más,